Introducción


La construcción de la identidad ciudadana se ha convertido en un proceso complejo para el individuo. Este fenómeno, en el contexto hispano japonés, está arraigado en profundos cambios que se han producido durante varias décadas, incluyendo el reconocimiento y la afirmación de las minorías regionales y étnicas y los desafíos concomitantes que encuentran los Estados-nación en un mundo globalizado. La enseñanza actual tiene entre sus objetivos desarrollar en el alumno la competencia social y ciudadana y una competencia plurilingüe y pluricultural que lleve a formar perfiles diferenciados (por desarrollo, la reducción y remodelación) en función de los individuos y de las experiencias personales y profesionales posteriores de cada actor social. 
El desarrollo de la competencia plurilingüe y pluricultural promueve el surgimiento de la conciencia lingüística, e incluso de las estrategias metacognitivas, que permiten al actor social ser consciente de su espontaneidad a la hora resolver situaciones y de la dimensión lingüística implicada, llegando a controlarlas. En otras palabras, esta experiencia de plurilingüismo y pluriculturalismo.
Es decir, en función de la trayectoria seguida por el actor social, su competencia evoluciona, se enriquece con nuevos componentes, se transforma y se marchitan algunos otros debido, entre otras cuestiones, a los movimientos laborales, geográficos, familiares o el cambio de intereses personales (Delgado-Algarra, Bernal-Bravo & López-Meneses, 2019). Los numerosos cambios en la composición y el funcionamiento de las esferas geopolíticas complejas son a la vez una invitación y un desafío para los actores sociales en términos de ejercicio de la ciudadanía.



No comments:

Post a Comment